Epilepsia
La epilepsia es una enfermedad crónica que tiene una persona de cada 100 y si bien una de cada 10 personas experimentamos un episodio de epilepsia a lo largo de nuestra vida, es una condición más desconocida de lo que pueda parecer.
Para empezar, comentar que es una enfermedad que puedes tener a lo largo de toda la vida, que puedes tenerla en un periodo y luego dejar de tenerla o puedes no haberla tenido y que más tarde, en la adultez o en la vejez, aparezca.
Algunas de las causas que generan la epilepsia se conocen: traumatismos craneoencefálicos, genética, tumores cerebrales, alteraciones durante la gestación, infecciones… Sin embargo, más de la mitad de epilepsias diagnosticadas son idiopáticas, es decir, no se conoce la causa u origen.
En los últimos años se ha conocido que afecta de forma diferente a hombres y mujeres. El Internation Bureau for Epilepsy informa de cómo afecta la epilepsia en las vidas de la mujer, a lo largo de los cambios hormonales que suceden en las etapas o estadios de la vida, poniendo el foco en las necesidades de las mujeres: en su líbido, en el embarazo, en la menopausia, entre otras.
Epilepsia: cómo se nos ha explicado vs. cómo es
Todes hemos visto alguna película o serie en la que a un personaje le da un ataque de epilepsia: se cae al suelo y empieza a tener convulsiones, sin control alguno sobre su cuerpo. Esa es la imagen mental que tenemos de la epilepsia, pero hay varios tipos de crisis o tipos de epilepsia.
Algunas son globales, otras focalizadas, en algunas hay tonicidad, convulsiones o ausencias. Las globales, la tónicas y las convulsivas son fáciles de ver, ya que la persona que está teniendo la crisis hace ruidos, gestos o posturas corporales no habituales.
Pero, ¿qué pasa en las ausencia? ¿Serías capaz de atisbar la presencia de una de ellas?
En el vídeo se ve que por dos segundos, el niño desconecta del contexto. Podría parecer que no atiende al adulto, o que tiene dificultades para concentrarse, cuando la realidad es que ha tenido un foco epiléptico en el cerebro y ha dejado de estar presente en el entorno. De hecho, es muy probable que no se esté dando cuenta de que ha tenido un episodio, o de que estos se repiten con frecuencia.
Epilepsia en infancia y en escolaridad
Ahora imagínate que este mismo niño está en clase, en Educación Primaria. En el contexto idóneo de que esté diagnosticado y el tratamiento haga efecto, no debería tener los episodios; pero si no es así, a parte de recibir comentarios negativos a causa de lo poco que presta atención en clase (tanto del profesorado como de sus compañeres), va a perderse información durante los momentos en los que desconecte. Así es difícil llevar el ritmo que el aprendizaje escolar solicita.
A continuación te voy a poner un ejemplo de cómo trabajamos en logopedia cuando tenemos a alguien con esta enfermedad y necesitamos hacer intervención en lenguaje.
Epilepsia y lenguaje
Desde la logopedia no hacemos diagnósticos de epilepsia ni damos tratamiento específicamente para ello, sin embargo, por la naturaleza de les pacientes que acuden a consulta, en ocasiones nos toca trabajar con personas que tienen estos episodios. Te voy a contar qué podemos hacer desde la logopedia para ayudar a les usuaries y a familias.
Para empezar, al tener formación en neurociencia, podemos ver los signos de alarma de posibles crisis de epilepsia, ya sean tónicas, convulsivas, de ausencia, etc. En caso de verlos, haríamos hacer llegar esta información directamente a las personas responsables para que acudieran a exploración neurológica.
Además, en los casos en los que la epilepsia esté tratada, tenemos en cuenta que la medicación tiene efectos secundarios como somnolencia, fatiga, posible sensación de mareo, cefalea o dolor de cabeza, mayor tiempo de reacción o lentitud en pensamientos, dificultad para encontrar las palabras y otros. Por ello no vamos a “castigar” el comportamiento derivado de los medicamentos, ya que no sería justo para la persona que los experimenta. Es importante conocer la naturaleza de los síntomas y actuar con paciencia, repetir la información las veces que sea necesaria y no alterar el ánimo innecesariamente.
Para finalizar, remarcar la importancia de entender la epilepsia como una enfermedad compleja que afecta en muchas facetas de la vida de las personas que la padecen. Desde la diversidad de síntomas y formas de las que se presenta a repercusiones en el lenguaje y en el aprendizaje, estemos atentes y seamos comprensives para el bienestar de dichas personas. Reconocer los síntomas nos ayuda a comprender mejor a las personas y a empatizar más con ellas, sensibilizándonos con la naturaleza de le epilepsia y apoyando a las personas que conviven con ella.
Espero que el artículo haya resultado de tu interés y que haya encendido tu curiosidad. Recuerda que si quieres más información al respecto, puedes contactar conmigo en el formulario de contacto, a través de WhatsApp o a través de las redes sociales.