Lo que te gustaría saber de la dislexia
La prevalencia de los Trastornos del Aprendizaje es la mayor dentro de las Neurodivergencias y para mucha población, a pesar de la visibilidad que se le da, sigue siendo una etiqueta incomprendida.
Hay muchos recursos donde encontrar información acerca de la dislexia: qué es la dislexia, cuáles son los síntomas de la dislexia, etc. No obstante, como profesional me da la sensación que en ocasiones no se comprende del todo bien o que leyendo nos cuesta imaginar cómo es una persona que la tiene. En este post me gustaría explicarte lo que es desde una perspectiva diferente y global.
¿Qué sienten las personas con dislexia?
Cuando se pregunta a los adultos sobre cómo llevan la dislexia después de varios años (Ivern et al. 2018) y habiendo hecho logopedia dicen lo siguiente:
- Al 78% de las personas les supuso un reto de superación personal.
- Al 63% el paso de la escuela les pasó como una época negativa y ésta fue peor en la secundaria.
- El 60% sigue teniendo que releer para comprender lo que está escrito, el 62,5% comete reiteradamente las mismas faltas de ortografía.
- El 85% piensa más en imágenes que en palabras.
Como trastorno que perdura, se acaba por aprender a vivir con la condición, pero el recuerdo de malestar sigue presente años más tarde.
¿Cómo consigo un diagnóstico?
1. No me gusta leer, me cuesta concentrarme al hacerlo y me pierdo información de las historias que leo.
2. No me gusta/gustaba ir a clase, me entra/entraba ansiedad cuando hago/hacía los exámenes y me da/daba la sensación de quedarme en blanco.
3. Los primeros años en inglés me gustaba jugar, cantar y disfrutar del ambiente en clase, pero poco a poco se me va/fue complicando y dejé de disfrutarlo.
4. A veces, cuando escribo me dicen que no entienden qué he querido decir.
5. Veo que mi hijx escribe palabras juntas cuando van separadas y separando una palabra que va junta. En ocasiones confunde la ñ con la ll, la g con la j…
Cuando nos saltan las alarmas leyendo estas declaraciones hay varias opciones: ir a donde una logopeda o ir a donde otrx expertx en el campo. Nos hará una entrevista inicial, nos pasará una serie de pruebas y entonces llegará el diagnóstico: Trastorno del Aprendizaje.
Es una etiqueta que nos ponen y no comprendemos porque oímos hablar de la “Dislexia” pero no de los “Trastornos Específicos del Aprendizaje”.
¿Por qué Trastornos Específicos del Aprendizaje?
Cada persona que tiene el Trastorno de Aprendizaje es diferente. Algunas tienen pocas dificultades y pasan desapercibidas y no diagnosticadas, otras notan que tienen dificultades y llegan a diagnóstico y hay un grupo final que no llega a conseguir aprender la lectoescritura. Sin embargo, la mayoría de las personas que han sufrido dislexia, recuerdan haber pasado mal la escolaridad (Ivern et al. 2018). De ahí la importancia de detectarlo precozmente, hacer el tratamiento y acompañamiento y ayudar a los profesionales que rodean a la persona a entenderla mejor.
Y entonces, ¿por qué tengo dislexia?
Lo más probable sea por herencia genética, si en la familia alguien ha tenido dislexia (ya fuera diagnosticada o no), tendrás más probabilidades de tenerla tú también. Además de la genética también hay otros factores como el consumo de tabaco previo al embarazo, el peso del bebé en el nacimiento, la edad de los progenitores al tener el bebé, el nivel socioeconómico, el tiempo delante de pantallas… (Becker et al., 2017).
La causa que más se explica es la dificultad que se tiene al escribir y leer es que de nacimiento el cerebro tiene dificultades para asociar un fonema (letra escuchada) a un grafema (símbolo arbitrario o letra escrita). Tal es el esfuerzo que realiza el cerebro a la hora de leer y escribir intentando unir sonido y letra, que pierde la información leída o escrita y por ello cuesta más comprender los textos.
Cuando estamos en el primer ciclo de primaria podemos pasarlo mal por ver que nos debemos esforzar más que la persona de al lado, pero según avanzan los años esta diferencia entre estudiantes aumenta porque el medio de aprendizaje pasa a ser el medio que se nos complica por nuestra neurodivergencia.
Teniendo en cuenta toda esta información, te diré un mensaje esperanzador y es que “aunque la dislexia no se cura, se puede mejorar para que no tengas que sufrir todas estas dificultades”.
En la escolaridad, una vez hecho el diagnóstico, trabajamos el proceso de la lectoescritura para automatizarlo y que la energía que mete el cerebro sea la menor posible, para que después puedas comprender mejor. También ayudamos a trabajar los textos escritos y a escribirlos para que evitar tener mayores incidencias en los próximos años estudiando.
En la edad adulta no se suele trabajar en los síntomas ya que el cerebro no responde al tratamiento como antes de la Educación Secundaria Obligatoria, pero sí ayudamos a ponerle nombre a lo que has experimentado de estudiante, a entenderte mejor y a darte la opción de que te den ayuda en los exámenes de acceso a la universidad, a pruebas de niveles de diferentes idiomas y en las oposiciones. Tienes derecho a que te den las herramientas para demostrar todo lo que sabes sin ser penalizado.
REFERENCIAS:
Becker, N., Vasconcelos, M., Oliveira, V., Santos, F. C. D., Bizarro, L., Almeida, R. M. M., Salles, J. F., & Carvalho, M. R. S. (2017). Genetic and environmental risk factors for developmental dyslexia in children: systematic review of the last decade. Developmental neuropsychology, 42(7-8), 423–445. https://doi.org/10.1080/87565641.2017.1374960
Ivern, I., Sala, M., González, E., Huguet, C. & Santarén, M. (2018, juny). El impacto de la dislexia en la edad adulta. Pòster presentat al XXXI Congreso Internacional de AELFA-IF a Granada (España).
MEDIA:
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