El valor del descanso
Llevamos un ritmo de vida frenético que nos acelera tanto que hasta que no lo cortamos por la raíz no nos damos cuenta. Mi objetivo de hoy es darte algún argumento de por qué es bueno parar incluso la terapia (en casos concretos) en verano.
Argumento n° 1: el sueño
Empiezo por el sueño porque es una actividad que hacemos a diario por su importancia vital. Durante el día trabajamos, aprendemos, ejercitamos y tenemos pensamientos, cada uno de ellos está presente en el cerebro y nos permite crear conexiones entre neuronas, es decir, nos permite aprender.
Lo que probablemente desconocías es que durante la noche, mientras duermes, tu cerebro sigue estando activo. La función que realiza esa actividad es la de seguir enviando señales eléctricas por las conexiones entre neuronas, de este modo se refuerzan los aprendizajes nuevos del día y se refuerzan también los que tenías de antes.
Cuando dormimos menos de 7 horas les adultes, y menos de las horas estimadas que necesitamos a cada edad de la infancia, al cerebro no le da tiempo de reforzar estas conexiones y por lo tanto, olvidamos o no aprendemos algunos de los aprendizajes por los cuales tanto nos hemos esforzado.
Durante el tiempo de trabajo y durante el curso escolar, muchas veces no nos da tiempo a descansar todo lo que necesitamos, por eso considero que estás vacaciones estivas podrías aprovechar para descansar y relajar la mente.
Argumento n° 2: el cortisol
El cortisol es la “hormona del estrés”. No te sorprenderá que te diga que vivimos en una sociedad en la que esta hormona es elevada, todes podemos sentirlo.
Lo que poca gente sabe es que una de las consecuencias de tener elevado el nivel corporal de cortisol también afecta en la capacidad de adquirir nuevos aprendizajes, también porque altera la atención.
No se me ocurre una mejor forma de bajar esos altos niveles que estar un largo periodo de vacaciones de descanso, sin acumular estrés de la velocidad diaria en la que vivimos. Podemos permitirnos bajar de ese tren durante estos días.
Argumento n°3: la emoción del reencuentro
Independientemente de lo bien que nos lo pasamos en sesión de logopedia, venís a dormir de mí a trabajar en asuntos que os cuestan. Por eso, interrumpir el tratamiento durante un corto tiempo, como en verano o vacaciones de Semana Santa, etc. puede hacer que a la vuelta retomemos el tratamiento con mayor energía y alegría de volver a vernos.
Excepciones
Me parece importante acabar el post matizando cuando veo necesario seguir con el tratamiento a pesar de que sean vacaciones. Las excepciones que mencionaría son las siguientes:
- Si estamos haciendo un tratamiento basado en un protocolo, con sus fechas y pautas concretas, mejor ceñirnos a él lo máximo posible.
- Si les usuaries han sufrido recientemente un ictus o un traumatismo craneoencefálico, será mejor aprovechar el periodo en el que el tratamiento es más efectivo, que son los primeros meses tras el daño cerebral.
- En infancia, si el caso en concreto es complejo ha comenzado con las sesiones de logopedia a mediados o finales de mes.
- En adultez, en personas con disfagia severa, será mejor seguir con la intervención con el fin de promover una alimentación y una hidratación de forma eficaz y segura.
Cada persona es un mundo y cada situación tiene que valorarse de forma individual. Todes merecemos un periodo de descanso y se pueden dar pautas para trabajar durante esas vacaciones, si fuera necesario.