Metáfora de Bermo Logopedia
¿Te acuerdas de Trivial, el juego de mesa de las preguntas?
Hoy te comparto una metáfora que puede aplicarse en el día a día y en situaciones relacionadas con las personas que vienen a Bermo Logopedia para mejorar en cualquiera que sea su situación que les preocupa.
Si recuerdas el juego, de lo primero que te vendrá a la mente probablemente sea la pieza en la que se meten las cuñas o los “quesitos” que van en dicha pieza. Luego te vendrán a la mente las personas con las que has jugado y las preguntas más y menos complicadas que te tocaron responder.
Te voy a pedir que tengas esta idea en la mente mientras te explico la metáfora y el nexo que tiene con la logopedia.
Para empezar, me gusta pensar que cada una de las personas somos una rueda del trivial y que cada cuña es un área de nuestra vida. La estructura es sólida y se mantiene por sí misma. Las hay de varios colores, porque somos todes diferentes.
Por otro lado están las cuñas o quesos siendo contextos o situaciones en nuestros días. Cada cuña es importante para llenar nuestro espacio y cada una de ellas, también son diversas en comparación con las demás.
Después, tenemos varios objetivos, las categorías de las preguntas, que nos llevan a un objetivo final: rellenar la rueda.
Te preguntarás qué tiene que ver esto con la logopedia. Te voy a poner un par de ejemplos visuales.
Ejemplo 1: la rueda de Izei*
Izei es un niño de 3 años que tiene dificultades para interactuar con otras personas. Izei es un proyecto de rueda.
Tiene un quesito por su familia, su padre Mikel* y su madre Esti*, que le intentan apoyar a diario y que buscan ayuda para que mejore en lenguaje.
También tiene un hermano mayor de 5 años, Oier*, que juega con él y le hace sentir en calma.
Por otro lado, están las profesoras del colegio con la cuña azul, que procuran que Izei no se sobresalte de más en clase.
Y también estoy yo, Ainhoa, su logopeda, dándole herramientas que le hagan entender el entorno para que esté más preparado para las acciones del día a día y tratando de conseguir que empiece a interactuar y hablar con el entorno.
Puede que hayas descubierto que Izei tiene síntomas similares al espectro autista. Es por eso que el quesito amarillo y naranja están fuera del rosco: la cuña de la amistad con personas de la misma edad y la cuña de sus aficiones, las que irá descubriendo según interactue más con el entorno.
Cuando todos los quesitos estén juntos, la seguridad que sentirá Izei hará que tenga la rueda al completo y verá que él mismo puede sostenerse sólo. Izei pasará a ser una rueda. En algún momento, tendrá dificultades en un área de su vida, pero seguirá sabiendo que es capaz de solucionarlas.
Ejemplo 2: la rueda de Malen*
Malen es una mujer de 47 años que trabaja en la radio. Malen es adulta y sabe que es capaz de solucionar los problemas que la vida le traiga y por eso tiene la rueda o rosco firme.
Actualmente, Malen ha pasado por una mala racha de salud, la cual le ha llevado a perder la voz de forma intermitente. Necesita logopedia para recuperar la voz y por eso su cuña verde está fuera de su rosco.
Además, la situación le ha generado riñas con compañeras del trabajo, por lo que la cuña lila también está fuera.
Malen sabe que tiene las herramientas necesarias para solucionar esas dificultades laborales y tiene los recursos necesarios para hacer intervención vocal. Tiene confianza en que, con ayuda, la situación mejorará y volverá a estar fuerte en cada área de su vida.
Como puedes ver en estos dos ejemplos, en momentos diversos de la vida, razones que salen de nuestro control pueden desestabilizar las emociones de cualquier persona. Es desde este punto de vista por el que veo la logopedia.
A nuestro centro de Bilbao vienen personas con sus vidas, que en ese momento se tambalean, y yo les ayudo a aprender a valerse por sí mismos para que después practiquen los trucos en otras áreas de su vida y que se ayuden de ellos para mejorar sus situaciones no placenteras.
A Izei le enseñamos a comprender las normas de la comunicación de la sociedad, para que sepa qué se acepta y qué no se acepta, para que se sienta más incluido. También le enseñamos una forma de comunicar, oral o no, para que satisfaga sus necesidades vitales y que comunique sus preferencias. Poco a poco, va aprendiendo y aplicando en los demás contextos las funciones que hemos trabajado y así ganará confianza en sí mismo.
Malen aprende en pocas sesiones qué ejercicios puede hacer para no quedarse sin voz en medio del programa de radio, los aplica en el trabajo y poco a poco vuelve a sentirse fuerte. Gracias a eso, se relaja más y deja de tener roces con sus compañeras.
La logopedia no es sólo enseñar a hablar o enseñar a fortalecer la voz, para hacer una buena logopedia nos fijamos en las situaciones de nuestros pacientes y clientes y tratamos mediante recursos para que lleguen a ser autosuficientes. Si necesitas ayuda en algún ámbito relacionado con la comunicación, ahora ya sabes desde qué perspectiva vamos a trabajar juntes.
Espero que la metáfora te haya ayudado a entender situaciones comunes y cómo se pueden abordar. Recuerda que puedes ponerte en contacto conmigo aquí y que te ayudaré con gusto a recuperar las cuñas que no te encajen.